¿Cuándo decirle a un niño que es adoptado?

Abr
24

Hace unos días tuve la oportunidad de escuchar a la psicóloga Marina Bueno Belloch, una de las personas que fundaron la primera asociación de adopción en España, hablar sobre cuándo se le debía decir al niño que es adoptado y de qué manera hacerlo.

Podríamos definir la adopción como una manera diferente de filiación a la biológica pero con las mismas obligaciones, no sólo es dar el apellido a una persona sino comprometerse a cuidarla tanto física como emocionalmente, a permitirle tener sus propios sueños y deseos, a darle un lugar.

¿Cualquiera puede adoptar a un niño?

No todas las personas cumplen las características necesarias para poder adoptar, no sólo importan los aspectos económicos que aseguran que ese pequeño va a poder solventar sus necesidades básicas sino que es fundamental que se tenga la certeza de que ese niño va a poder desarrollarse como sujeto en esa familia.

Puede que a muchos os parezca algo lógico y que no sea necesaria la mención de un aspecto que parece algo sencillo, pero la realidad es que hay muchos padres adoptivos que no pueden ofrecer esto a los pequeños, que no son capaces de ofrecer un lugar psíquico dentro del núcleo familiar, entre otros casos.

Si estás pensando en adoptar es preferible que pienses qué es lo que te está llevando a adoptar, cuál es la verdadera razón de que quieras tener un hijo. Antes se querían porque cuantas más manos hubiera para trabajar mejor, ahora muchos padres buscan alguien que les cuide cuando sean mayores o una persona que rellene un vacío. Ninguna de estas razones sería válida para adoptar la vida de un niño.

Sin duda alguna, el camino de unos padres adoptivos no es más sencillo que el de unos padres biológicos.

Las diferencias físicas entre padres e hijos adoptados

Llegará un momento en el que comience a tener dudas, la gente habla y a veces hace comparaciones que no tienen ningún tipo de malicia “no te pareces en nada a tu padre”, un comentario que puede fomentar las fantasías o las sospechas de que esa no sea su familia de origen.

Esto si pensamos que son de una misma etnia, pero en el caso de que las diferencias sean raciales aún más tenemos que hablar con el pequeño para darle a conocer su verdadero origen porque la realidad es que ese niño estará deseando ser igual que sus padres adoptivos tanto física como psíquicamente.

Aunque pueda resultar ilógico, puede que ni si quiera se haya percatado de las grandes diferencias físicas que hay o más bien que las haya negado. Para ello buscará razonamientos infantiles para comprender esas diferencias sino conoce que su familia biológica es otra y no podemos negar la realidad, las diferencias son difíciles de aceptar pero siempre es preferible la verdad.

Y además, un aspecto que tenemos que tener en cuenta es que todos los niños crean la “novela familiar del neurótico”. Hay una edad en la que se plantean si la familia con la que viven es verdaderamente la suya o sino serán los hijos de algún rey o un hombre poderoso. (De esta novela hablaremos en próximos artículos de una forma más concreta).

¿Cuándo hay que decírselo?

No hay una edad concreta para decirle a tu hijo que es un niño adoptado, sólo hay que esperar a que él se interese por saber su origen.

Con las primeras preguntas es el momento de comenzar a decirle la verdad pero siempre teniendo en cuenta la edad del niño, dándole información que pueda comprender y de forma dosificada, según la vaya pidiendo y con toda naturalidad porque no os olvidéis de que es un niño amado y deseado por vosotros.

Hay niños que comienzan a preguntar desde bien pequeños a sus mamás si han salido de su tripa, de dónde vienen o cómo han nacido.

En conclusión, siempre hay que decirle la verdad pero siempre hay que responder de una forma que pueda comprenderlo, respondiendo a sus preguntas y no adelantándose a lo que todavía no se ha preguntado así mismo porque también necesita sentirse parte de la familia, asimilar las cosas poco a poco, respetando sus tiempos psíquicos.

¿Cómo decirle a mi hijo que es adoptado?

Si os proponemos no mentirle diciendo que es biológico, tampoco le digáis que le ha traído la cigüeña o que ha nacido debajo de una col porque se lo va a creer, su inocencia y su nivel de fantasía es maravillosa por lo que es mejor no confundirles.

La forma más sana, en todos los sentidos, de decirle a tu pequeño cuál es su origen es a través de los cuentos que puedes crear tú mismo.

Es fundamental que en ese cuento o en esa explicación se haga referencia a unos padres biológicos, al amor, a un encuentro íntimo, a la incapacidad de tener un bebé por parte de los padres adoptivos y el deseo tan grande de tener un hijo como él.

Por ejemplo: “Tú naciste en otra barriga pero no tenías papás, ellos se querían y juntos hicieron un bebé (es decir, nace del amor y hay un encuentro íntimo) pero no podían cuidarte. Nosotros no podíamos tener bebés y buscábamos uno (deseo de tener un hijo) y fui cuando te encontramos a ti, nuestro hijo”.

Éste es un ejemplo muy básico que podéis hacer vuestro añadiendo más sentimientos y decorándolo acorde a la edad del niño pero que deja claro que hubo amor cuando se concibió y que ahora está con personas que lo aman.

Para terminar me gustaría compartir con vosotros una reflexión que nos transmitía Marina Bueno:

“Un genitor puede ser padre, un genitor puede no serlo nunca y hay no genitores que pueden ser padres para siempre”.

Fuente http://depsicologia.com

 

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