Todos conocemos los síntomas más frecuentes de la anemia que suelen representarse a un nivel físico pero ¿Conocéis las consecuencias que se producen por la falta de hierro a nivel emocional?
Síntomas y consecuencias de la anemia
La falta de hierro puede derivar en múltiples consecuencias que pueden traducirse a un nivel físico y a un nivel emocional, lo que representa una afección muy frecuente pero que puede dañar la calidad de vida de una persona, sólo que en este caso tenemos a nuestra disposición soluciones sencillas y eficaces.
Los síntomas más frecuentes de la anemia a un nivel físico es la palidez del rostro de la persona que la padece como algo anormal, produce una mayor caída del cabello y además las uñas se rompen con mayor facilidad.
Pero si nos centramos en los aspectos emocionales, encontramos que:
- Las personas anémicas sufren de un gran cansancio inespecífico que no puede asociarse a una enfermedad o a alguna actividad realizada con anterioridad.
- Además, este cansancio también viene acompañado de una sensación de desgana y desánimo que afecta a la persona en todos los ámbitos de su vida, tanto en su vida social y familiar como en la vida laboral ya que pierde el interés por hacer las cosas, podríamos decir que no tiene energías para comenzar nada.
- Otro de los rasgos que pueden servirnos como alarma es la irritabilidad y dificultad para concentrarse en el trabajo, como decíamos antes, no tienen la suficiente “energía” para mantener la atención en un único punto.
Tratamiento y prevención
A veces esta situación puede prolongarse en el tiempo por falta de conocimiento sobre las consecuencias de la anemia o por no haber acudido al médico, ya que esto se ve con facilidad en una analítica.
En estos casos podemos encontrarnos con personas que piensan que están pasando por un período depresivo cuando más bien, podríamos diferenciarlo con una etapa depresiva pero con origen orgánico. En estos casos un tratamiento psicológico no sería la prioridad sino un cambio de alimentación con productos que le aporten más hierro e incluso el uso de complementos alimenticios.
Como habréis visto muchos de los síntomas y consecuencias de la anemia son similares a los síntomas de la depresión, de ahí que siempre hagamos especial relevancia a la importancia de un buen psicoadiagnóstico diferencial para saber con qué vamos a trabajar y si se necesita o no una terapia.
No hay que tomarse a la ligera este tipo de cuadros que proceden de un origen orgánico y no psíquico, es fundamental llevar a cabo las medidas adecuadas para hacerle frente y que no empeore la salud.
Fuente: depsicologia.com