Uno de los conceptos más difíciles de definir en psicología es la inteligencia.
¿Qué es la inteligencia?
Si bien puede llegarse a cierto consenso en definir la inteligencia como la capacidad de entender, asimilar y elaborar información, a la vez que saber relacionarla y utilizarla, el término inteligencia es siempre motivo de polémica.
Aquellos que intentan encontrar unos parámetros para poder estudiarla y comprender todos sus entresijos se cuestionan ¿Cuánto de la inteligencia es debido a la memoria?, ¿Podemos hablar de inteligencia para las matemáticas, para la música, para establecer relaciones saludables? Una persona puede ser muy hábil en alguno de estos aspectos pero muy poco en otros, entonces ¿Es o no inteligente?
Esta pregunta aún irresuelta llevó a un famoso psicólogo, creador de test de inteligencia, a decir en forma un tanto humorística “que la inteligencia es lo que miden los test de inteligencia”, y es que mundialmente la forma más común de medir la inteligencia es a través de la utilización de un test o prueba estandarizada.
¿Qué mide un test de inteligencia?
El resultado arrojado por este tipo de test es denominado cociente intelectual o coeficiente intelectual (CI). El CI es básicamente el puntaje que obtuvo un sujeto en la realización de un test comparado con los puntajes obtenidos por un grupo “modelo” con el cual se realizó una curva de inteligencia. Esta curva abarca todos los posibles números del CI, siendo 100 el promedio normal.
Las puntuaciones de un sujeto pueden situarse por arriba o por debajo de 100, pudiendo entonces decirse que un sujeto es más inteligente de lo normal si tiene un puntaje por sobre 100 o menos que lo normal si se sitúa por debajo.
Test de inteligencia
El primer test para medir la inteligencia de una persona fue creado en 1904 por Alfred Binet en colaboración con Theodore Simon, un test al que denominaron como escala de inteligencia de Binet-Simon. El objetivo de su test era ayudar a identificar a estudiantes que necesitaban ayuda especial para cumplir las exigencias de la escuela. Realizada ,
En 1916 se realizó una modificación de la prueba, la cual paso a llamarse Escala de Inteligencia de Stanford-Binet.
Actualmente uno de los test más utilizados para medir el CI es el Test de Raven, también llamado test de matrices progresivas en relación a los adultos; por otra parte, nos encontramos con el Test de inteligencia WAIS de Wechsler o el Wisc para niños.
Para aquellos que lo desean el test de Raven se puede realizar aquí, eso sí hay que tener en cuenta que los resultados arrojados son para tomar a modo de juego o mera orientación, pues los test han de ser tomados bajo condiciones específicas y evaluados por un especialista.
El peligro de los test de inteligencia
Hacemos referencia y señalamos insistentemente a la necesidad de que sea evaluados por un especialista porque este tipo de test no tienen en cuenta aspectos tan personales como tener un mal día, un problema personal que impide que uno pueda concentrarse de la manera adecuada durante la realización del test, no tiene en cuenta la ansiedad que puede producir este tipo de mediciones ni si hay un conflicto psíquico que impide que una persona pueda dar lo mejor de sí misma durante su realización.
Por ello, es necesario que si uno quiere medir la inteligencia de una persona sea dentro de un contexto muy bien pensado y trabajado, donde se tenga información sobre el sujeto a evaluar para poder interpretar de la manera adecuada los test.
En el caso de que esto no se tenga en cuenta, como pasa en muchas aulas cuando se hacen test masivos de inteligencia sin conocer a los alumnos de manera individual, es que obtenemos resultados opacos. Se le puede decir a un niño que no es inteligente y que no va a poder terminar ni la educación obligatoria cuando en realidad no sabemos si lo que tiene es otro tipo de dificultad, estamos colocándole al niño una etiqueta que difícilmente va a poder quitarse, una sombra que le va a perseguir siempre y que puede determinar su futuro.
Fuente: depsicologia.com