A pesar de que en muchas ocasiones nos neguemos a aceptar la necesidad de contacto físico, ésta es real. Todo ser humano necesita el contacto y el cariño, de la misma manera que todo el mundo necesita amar y sentirse amado.
Los beneficios del contacto físico no son muy conocidos porque al final hemos aprendido a mantener relaciones más o menos superficiales y el contacto real, un abrazo o una caricia se suele guardar para la intimidad de una pareja.
Pero si realmente conociéramos los beneficios que supone el contacto físico tal vez comenzaríamos a relacionarnos de otra manera y seríamos capaces de sobrepasar los límites que esta sociedad ha impuesto, donde el contacto y las muestras de cariño no siempre son vistas como algo bonito o el hecho de compartir una caricia con alguien ya supone, a vistas del mundo, tener unos sentimientos que sobrepasan la amistad.
Un bebé sin contacto físico no sobrevive
La importancia y la necesidad del contacto físico está desde el primer instante de vida del bebé, ese momento en el que la madre le coge entre sus brazos y la calma, la protección y el amor le infunden tranquilidad.
Hay múltiples estudios, de los que os hablaremos los próximos días, en los que se muestra que sin ese contacto, sin ese amor, sin esas caricias o abrazos un bebé no podría sobrevivir por mucho que el resto de necesidades básicas estuvieran cubiertas. Un bebé no sólo puede vivir de comida y salud física, necesita el amor del otro para poder desarrollarse física y psicológicamente.
Dificultad en el contacto físico
Hay muchas personas que tienen dificultades para abrazar y ser abrazadas, muchas murallas y defensas que les protegen de la vulnerabilidad que puede hacer sentir un abrazo real. Porque cuando hablamos de un abrazo real, hablamos de un contacto íntimo en todos los niveles, es poder estar por y para el otro mientras también uno conecta consigo mismo.
Las personas con dificultades al contacto físico, desde una caricia suave y ligera a un abrazo intenso y prolongado, aquellos que se quedan rígidos cuando alguien les toca o que no saben devolverlo. No os preocupéis. Todo llega en su momento, cuando la mente esté preparada el cuerpo reacciona estrechando al otro entre los brazos y dejando que también le abracen.
A veces es la falta de costumbre, el no saber cómo responder a ese contacto y el origen puede estar lleno de hipótesis, como por ejemplo, padres que no supieron o no podían demostrar físicamente el amor que sentían. Si es algo más complejo que el hecho de no saber devolver un abrazo, os invito a preguntaros ¿Qué es lo que está pasando?
Beneficios de un abrazo
Basándonos en todo esto ¿Cómo un abrazo no va a ser beneficioso?
Si lo pensamos cada uno de nosotros, dejando las teorías a un lado y centrándonos en nuestras propias experiencias, seguro que podréis recordar ese último abrazo que te ha llenado por completo, que te ha hecho sentir tranquilo y relajado, que te ha dado seguridad y amor.
Si nos basamos en la ciencia, hay estudios que muestran que un abrazo, una caricia o un ligero apretón de manos hace que se libere la hormona oxitocina que tiene que ver con la capacidad de apegarse al otro, la capacidad de establecer un vínculo emocional, que en otras palabras, es la búsqueda del otro.
abrazados
Esto también tiene que ver con que al recibir un abrazo el nivel de estrés disminuya notablemente y uno se sienta tranquilo, seguro. Algunos también afirman que un abrazo es capaz de disminuir el dolor, la ansiedad, la depresión. Con un abrazo de verdad, de esos que te llegan al corazón, uno es más feliz y está más abierto a la vida.
Fuente depsicologia.com